Ir al contenido

El primer precandidato: «El poder es una herramienta de servicio»

Héctor Griffini fue el primero en encender el motor y oficializar su precandidatura a la intendencia. Desde su oficina comparte su mirada sobre la gestión local, la interna de Juntos y sus propuestas.

«Azo, azo, azo», resuena en su cabeza. El cántico lo acompaña desde la adolescencia, cuando por primera vez subió las escalinatas del municipio para cumplir con una pasantía durante la gestión de Miguel Prince. Desde entonces vio reordenarse la política tras el estallido social de 2001. Roscas, acuerdos, los resortes institucionales, las campañas. Más tarde la comunicación y los medios fueron una escuela política que lo llenó de información, que, selectivamente, guardó en el bocho.

Todavía no tiene 40 años pero ya acumuló experiencia en el aparato del Estado, varios títulos en materia de gestión pública, relaciones con políticos, empresarios y sindicalistas, y un perfil escurridizo para quienes buscamos definirlo desde el ángulo ideológico. En su curriculum resalta su experiencia en la gobernación y campaña presidencial de Daniel Scioli antes de convertirse en el referente del «Colo» Santilli en Luján y de ocupar varias funciones en CABA. También, es responsable de la Asociación Civil Estudios Populares (ACEP).

Este año se presentará por primera vez como precandidato a intendente y así consolidar un lugar de mayor peso en la oposición local. Las primarias no están definidas, pero es probable que cuente con varios contrincantes hacia el interior de Juntos, entre ellas la vecinalista Rita Sallaberry. Los redoblantes suenan más fuerte en la imaginación del ya precandidato: ¿se viene el Griffinazo en la interna de Juntos?

—¿Para qué querés ser precandidato a intendente?

—Me hice esa pregunta en 2018 cuando estaba terminando un máster en España. Y desde tan lejos pensaba en construir un proyecto político en mi lugar, donde nací y crecí. Quiero poner en ejercicio lo aprendido en este que es mi lugar y creo que es el tiempo de mi generación (entre 35 y 45 años) que es menos dogmática y que está más alineada con las problemáticas inmediatas de la gente. Estoy seguro de que puedo resumir muy bien estas cosas entendiendo que el poder es una herramienta de servicio. Esto tiene un componente emocional muy fuerte, hubiera sido más cómodo trabajar en Europa porque no tengo esa raíz, pero mi desafío está acá, en el municipio.

—¿Cómo ves la gestión actual del Frente de Todos con la cual vas a tener que confrontar electoralmente? 

—Veo que la gestión hace un montón de cosas pero sin rumbo. Imagínate si para hacer tu casa solo pensaras en el color de la pared. La verdadera construcción inicia en los cimientos, eso en materia de política pública debería ser obras de agua, cloacas y a otro nivel es la salud, la educación y el tejido productivo. Tenemos que pensar una ciudad que genere más y mejores puestos de trabajo públicos y privados, y que pueda dar respuestas a las necesidades de la gente. Hay que poner una pausa y planificar la ciudad.

—Estás difundiendo un teléfono para que los vecinos y las vecinas te puedan escribir directamente, ¿qué plantean cuando se comunican?

—Muchas veces escucho lo que está pasando, no prometo cosas que hoy como concejal no puedo resolver. Pero me parece importante que los políticos tengamos diálogo directo con la gente. Escucho y lo veo porque voy permanentemente, que el Hospital es un desastre y que muchos barrios no están bien. Si tuviera que resumir son la seguridad y la salud las problemáticas que más comentan los vecinos y yo creo que han sido transversales a todas las gestiones que no lo resolvieron.

—Decís que te preocupa la salud, pero no acompañaste la provincialización del Hospital que se está implementando por iniciativa del intendente Boto. ¿Crees que si sigue en manos del municipio se puede dar una respuesta acorde a la demanda?

—Yo creo que hay que pensarlo como un Hospital de baja complejidad y exigirle al gobernador que construya un Hospital de alta complejidad y que la Nación o Provincia se responsabilicen de ese nivel de atención. La provincialización de nuestro Hospital no va a dar respuestas porque lamentablemente las jurisdicciones provinciales no funcionan bien, esto es histórico, yo lo vi trabajando nueve años en Provincia. Esto es sacarse de encima un Hospital para tener más recursos en un año electoral. No se resuelven así las cosas.

—Siguiendo con las temáticas que vos propusiste como ejes principales, ¿qué lectura hacés del deterioro del tejido productivo mientras gobernó el macrismo?

—Tengo reuniones permanentes con miembros de la Unión Industrial Argentina (UIA) y veo que hay opiniones favorables y también muchas críticas de ese periodo. Me concentro mucho en escuchar las críticas y reconozco que se necesita otra visión a la que se tuvo en su momento. Hay que trabajar para que el campo y las industrias tengan valor agregado. Eso podría volver a la ciudad más competitiva.

—Volviendo al panorama local, el caballito de batalla de la gestión es la obra pública, ¿cuál va a ser tu planteo frente al tema?

—Además de la falta de planificación, no hay transparencia en las obras. Por eso vamos a lanzar un plan para transparentar los números de la obra pública porque vemos sobrecostos que son alarmantes. Estamos hablando de millones de pesos que no sabemos en qué se están perdiendo. Por ejemplo, las obras sobre la Avenida Julio A. Roca está presupuestada tres veces más caro de lo que se debería.

—Sí, eso fuera así, ¿por qué no hacés denuncias como otros sectores de la oposición? 

—Porque yo vengo de la Gestión Pública, creo que es la política la que tiene que resolver estas cosas. Cuando se mezclan los poderes del Estado entramos en problema ya sea por su intromisión o por la sobredenuncia. Igual creo que las denuncias que se han hecho están muy bien fundadas por gente que se formó para eso. Yo me formé para pensar políticas públicas y en eso estoy. Si nos podemos concentrar en eso, con propuestas y generando consensos, la ciudad no tiene techo.

—Es casi un hecho que te vas a enfrentar a Sallaberry en unas primarias y no se descarta que puedan ser más las opciones opositoras en agosto. ¿Cómo pensás que van a transitar la interna en Juntos?

—Todas las decisiones que yo tomo en política son de largo plazo, son pasos hacia otros lugares. Esta elección también. Mi carrera no arranca ni termina en las PASO, ni las generales. No termina ni siquiera ganando la intendencia porque creo que el poder tiene que ser una herramienta de servicio. Este es un eslabón más de una larga cadena y hay que tomárselo con responsabilidad. Creo que las Primarias deben ser sanas para poder resolver las candidaturas y que tenemos que hacer un acuerdo para mantener la unidad una vez que terminen. Yo en 2021 trabajé muchísimo por la unidad y eso que venía de operaciones en redes sociales de 2019. Todos los dirigentes de mi espacio lo saben.

—¿En esas operaciones te recordaban tu pasado peronista? 

—Sí, yo no lo niego, estoy orgulloso de eso. La doctrina de inclusión social del peronismo, nadie la puede objetar, sería una locura. El problema es que la polarización se profundiza en la falta de credibilidad de toda la política, pero no hay una discusión seria de fondo.

—En 2019 te pregunté cómo te definías ideológicamente si el espectro fuera la tradicional izquierda y derecha, y te escurriste. ¿Tendremos más suerte hoy?

—Es muy difícil porque la política se ha vuelto muy pragmática. Si analizás las gestiones de gobierno en la historia argentina ves las deficiencias dogmáticas enseguida. ¿Qué tienen que ver los gobierno «peronistas» de Menen con los de Cristina? Por ejemplo. Lo que si creo es que hay resaltar valores de todas tradiciones. No me siento cómodo diciendo que soy de centro-izquierda ni de centro-derecha. Por ahí soy del centro y te lo puedo demostrar aceptando que en un gobierno mío podría haber funcionarios de cualquier partido político. No me va a importar de donde vengan sino que sean los mejores cuadros para dar resultados para la gente. Esto también te define.

—Por tu perfil y tu conocimiento técnico pudiste elegir para qué bando jugar, ¿qué te llevó a hacerlo en Juntos?

—Me desafilié en 2013 enojado con la kirchnerización del peronismoEstuve un tiempo sin actividad política y aunque tuve ofrecimientos del equipo de Vidal no acepté. Más tarde me ofrecieron la coordinación de proyectos de CABA y me sumé como un perfil técnico sin el compromiso de militar en Juntos. Pero con Larreta y Santilli descubrí una manera de gestionar el Estado y un modelo antigrieta para hacer política. Ver las urbanizaciones que tuvieron un componente de inclusión social que ni el peronismo había hecho. Ahí me decidí. Encontré un horizonte de pertenencia y es acá donde quiero desarrollar el proyecto de ciudad para Luján.

—Antes de terminar, ¿querés comentarnos en qué está trabajando tu equipo de campaña?

—El equipo es excelente y ya lo vamos a presentar oficialmente. Están trabajando en Economía para conocer a fondo las finanzas municipales, en Infraestructura para diagnosticar los problemas estructurales de la ciudad, Salud y Seguridad. Estamos en permanente articulación con los equipos técnicos de Horacio (Larreta) y Diego (Santilli). Ojalá tengamos la oportunidad de implementar los proyectos que estamos pensando con los mejores cuadros técnicos.